27 de agosto de 2015

Heiwa no Tame

Hola.

Las semana pasada tuve la suficiente motivación como para escribir dos entradas seguidas... la racha continuó y al día siguiente edité todas las fotos de esta entrada pero el escrito lo dejé para después. Verán, he vuelto a la escuela y las tareas consumen la mayoría de mi tiempo libre. En fin, hoy decidí darme un descanso...

30/06/2014

Este día me tuve que ir por mi cuenta, pues Megu tenía clases. Salí de casa temprano y tomé el Shinkansen hacia Hiroshima. Allí tomé un bus que me llevó al Parque Memorial de la Paz de Hiroshima, dedicado a la memoria de las víctimas del primer ataque nuclear del mundo. El lugar una vez fue el distrito comercial y residencial más concurrido de la ciudad. El parque está conformado por varios monumentos y museos que son visitados por millones de personas cada año.


Lo primero que se ve al llegar son las ruinas de la Cámara de Exhibición/Promoción Industrial de Productos de la Prefectura de Hiroshima, ahora llamado Genbaku Dome por la cúpula distintiva del edificio, el cual fue la única estructura que quedó en pie después de la caída de la bomba atómica (a pesar de haber sido el hipocentro de la explosión) el 6 de agosto de 1945 a las 8:15 de la mañana. Se encuentra a las orillas del Río Oota, junto al Puente Aioi (blanco original de la bomba por su forma en T, fácilmente reconocible desde las alturas). Cuando la reconstrucción de la ciudad comenzó, se decidió mantener y preservar las ruinas como símbolo de paz, y ahora forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.






A los alrededores del parque se pueden encontrar también varias edificaciones y estatuas que fueron dañadas por la onda expansiva de la bomba. Yo visité una estatua Jizo (deidad protectora de los niños) y un cementerio. Las partes golpeadas por el calor de la bomba se volvieron rugosas debido a la radiación, mientras que lo que se mantuvo en la sombra permaneció liso.




Frente al Genbaku Dome se llega al Museo Memorial de la Paz de Hiroshima. Éste tiene una vista hermosa de todo el parque y funge también como Centro Internacional de Conferencias. Las explicaciones del recorrido están todas disponibles en inglés y cada sala exhibe diferentes objetos recuperados después del bombardeo.










Después del museo, visité el parque y sus monumentos:

-Cenotafio Memorial: Aquí se ofrece una ceremonia por las víctimas de la bomba cada 6 de agosto. "Que todas las almas [que] aquí [están] descansen en paz y que jamás se repita el mal [de la guerra]."


-Flama de la Paz: Encendida en 1964, seguirá así hasta que todas las armas nucleares hayan sido erradicadas.


-Montículo Memorial de la Bomba Atómica: Construido por el décimo aniversario de la caída de la bomba. Las cenizas de decenas de miles de las víctimas se encuentran aquí.


-Campana de la Paz: "Dedicamos esta campana como un símbolo de la aspiración de Hiroshima: ¡Que todas las armas nucleares y guerras no existan más, y que todas las naciones vivan en verdadera paz! Que resuene en todos los rincones de la Tierra para encontrar los oídos de cada hombre; en ella palpitan los corazones de aquellos que la donaron, amantes de la paz. Así pues, tú también, amigo mío, da un paso adelante y ¡toca esta campana por la paz!"


-Parque de los Niños: Parque edificado para conmemorar a Sasaki Sadako y los miles de niños muertos por el bombardeo de Hiroshima. Sadako fue afectada por la radiación, causándole leucemia y obligándola a dejar la escuela. Durante sus días en el hospital Sadako supo de la tradición japonesa que dice que si alguien logra doblar mil grullas de papel, un deseo le será concedido. El parque fue creado a partir de un fondo que comenzaron los compañeros de clase de Sadako para recordarla después de su muerte, y pedir que su deseo de un mundo sin armas nucleares se cumpliera. Cada año miles de grullas de origami son ofrecidas allí como símbolo de paz.




Hay muchos otros monumentos que visité y de los que no tengo fotografías, pero todos son muy bonitos e interesantes. También conocí y platiqué con Mito Kousei, un sobreviviente 'in-utero' del bombardeo. El señor Mito ha sido guía turístico en el Parque de la Paz durante casi una década. Él y otros voluntarios (japoneses y extranjeros) ofrecen sus servicios gratuitamente para dar a conocer los testimonios de los hibakusha (sobrevivientes de la bomba), y crear conciencia sobre los horrores de la guerra y las armas nucleares. Mito-san ha sido entrevistado numerosas veces y hasta ha aparecido en un filme documental; además tiene un blog muy detallado donde escribe acerca de Hiroshima y todo lo sucedido antes y después del bombardeo.



Tenía pensado regresar a casa llegado el atardecer, pero me hacía falta visitar un lugar que me había recomendado mucho mi sensei: Itsukushima, comúnmente conocida como Miyajima. Es una isla localizada  a 50km de Hiroshima, a donde se llega por ferry (el viaje dura diez minutos). Alrededor de la isla pueden encontrarse diversos santuarios, pagodas y altares. Además, los monos y los venados, al igual que en Nara, rondan libremente (aunque son más tímidos en Miyajima). La isla mide 30km cuadrados y es bastante rural, dividida solamente en pequeños pueblos. Es famosa por el Santuario sintoísta Itsukushima (también Patrimonio de la Humanidad) -edificado en la arena, justo frente al mar- y su enorme (de verdad, ¡es enorme!) torii en la entrada. Lo más genial de este templo es que al caer la noche, la marea sube y cubre la parte de abajo del templo, lo que hace que parezca que está flotando.









Como llegué bastante tarde, la mayoría de las tiendas estaban ya cerradas. Aunque no tuve mucho tiempo para recorrer toda la isla porque el ferry dejaba de pasar a las 8:00 de la noche, pude apreciar la puesta de sol y tomé fotos muy lindas. Es una pena que no haya podido entrar tampoco al templo, pero me quedan el recuerdo y las ganas de volver a tan precioso lugar.





Volví a tomar el ferry, el bus y el Shinkansen de regreso, y después de unas tres horas llegué a Osaka. Megu estaba muy preocupada y molesta porque no pude avisar que iba a llegar tarde (ya saben de mi problema con el wifi gratis inexistente de Japón), pero después de platicar todo se resolvió. Cenamos y fuimos directamente a dormir. Fue un día bastante largo pero aprovechado al 100%.


Realmente pude haber profundizado mucho más en el tema de la guerra y dedicar una sola entrada a Hiroshima, pero no quería que todo se volviera muy serio o muy triste. Actualmente, Japón y los Estados Unidos están en buenos términos (o eso dicen) y la amenaza de una tercera guerra mundial está muy lejos de suceder (o eso quiero creer). El Genbaku Dome, el Parque de la Paz y todo lo que se ve en el Museo Memorial son impactantes. En mi adolescencia, había leído y aprendido en los libros de historia sobre Hiroshima, la guerra y sus miles de víctimas, pero nunca sentí la empatía que -diez años después, estando delante de la mismísima Cúpula- siento ahora. Toda Hiroshima abre los ojos y sensibiliza a algo que posiblemente nunca en la vida había considerado.

Es irónico, pero el Domo es precioso. Sus alrededores y la manera en que todo alrededor está tan bien cuidado son increíbles. Sin embargo, no se deja de sentir esa vibra triste, ese nudo en la garganta. Cada esquina de la ciudad está llena de recuerdos dolorosos. Pero por lo mismo creo que algo como esto no se debe de olvidar. En la guerra nunca hay ganadores. Las nuevas generaciones tenemos la responsabilidad de evitar que errores tan terribles como éste jamás se repitan. A pesar de los fuertes sentimientos que el visitar Hiroshima me provocó (en un momento de la tarde tuve que alejarme un poco y dejar salir el llanto), aprendí muchísimo y entendí muchas otras cosas acerca de la cultura japonesa y de la generación hibakusha. Hiroshima fue uno de los lugares que más me gustó visitar y al que me encantaría volver.


Espero que no se hayan entristecido demasiado al leer esta entrada (cuando la estaba escribiendo, yo sí lloré al acordarme). En fin, ojalá les haya sido interesante. Las siguientes entradas serán más animadas.

Cuídense.
-Aisou.

P.D. No crean que me olvidé de Nagasaki. Seguramente hay también un museo y muchos otros monumentos en memoria de su bombardeo, pero es que no tuve ya tiempo en mi itinerario de ir hasta allá (está mucho más apartada de Osaka que Hiroshima). Así que la próxima vez que visite Japón, definitivamente me pasaré por allá.

2 comentarios:

  1. ¡Hola, Aizou! Soy nueva lectora en el blog :) Tremendas las fotos que compartes, no es común ver a Hiroshima como "algo para compartir en las redes sociales", casi siempre son fotos de la estatua de Hachiko o Akihabara. Creo que no deberíamos olvidarnos de Hiroshima, o al menos ahondar más en la idea de "ah sí, ahí tiraron una bomba atómica", sino en lo que representa y lo que nunca debe volver a pasar.

    ¡Saludos!

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    1. Hola!!! Muchas gracias por seguirme!! Tenía mucho tiempo pensando si alguien además de mis amigos me leía xDDD Qué bueno que te gustó mi entrada, exactamente por eso no me metí en mucho rollo de hablar sobre la bomba y eso sino en los sentimientos que me causó estar allí y la promesa de paz que cada persona que visita por allá se lleva consigo.

      Muchas gracias de nuevo! Espero te guste el blog :) <3

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