그라시아

¡Hola a todos!

¿Cómo les ha ido? ¿Qué tal mi queja de la segunda entrada?

Es viernes en Corea del Sur y vengo a contarles cómo fue mi tercer semana aquí.

Las clases fueron bien, la de Relaciones Internacionales y la de Literatura están súper interesantes, los profes son mega relajados y uno aprende muchísimo ahí. Tuve la primera clase de Modelado 3D de Personajes. El profesor explica todo en coreano, pero como tiene un proyector, podemos seguir lo que hace fácilmente. Además, seguido va a nuestros lugares y nos pregunta si tenemos dudas. Esa clase la usamos para familiarizarnos con el software, 3DsMax. No me pareció difícil, porque en mi trabajo anterior lo usábamos mucho. La otra clase fue de Efectos Visuales. El profesor es algo estricto y nos estresamos, pero nos prestó un disco con los vídeos y materiales del curso para poder ir al día.

El jueves en la tarde fuimos a Máximo Burrito a comer. Pedimos unos burritos pensando que a lo mejor nos sabrían a México, pero fallamos. Tenían arroz, papas a la francesa, mucho repollo y mayonesa. Las tortillas eran más como tipo pan pita. Aún así, estaban muy buenos, y quedé satisfecha.

Después de eso, fuimos a un Noraebang (karaoke coreano) y cantamos pura mensada, porque obviamente no podíamos leer nada del libro de canciones y sólo elegimos las que estaban en inglés: YMCA, I Will Always Love You, Lady Marmalade, Toxic, We Are The World. Y no estábamos ebrios.

El viernes fuimos a comer Chicken & Beer (de nuevo) con Olga, una amiga rusa que lleva viviendo cuatro años en Corea. Ella es súper interesante y buenísima onda; y nos presentó a una amiga suya de Kazajstán. Fuimos a Tinpan, un barecito cerca de la escuela, pero estaba vacío y decidimos irnos a Beer Star, pasando primero por una cafetería a quitarnos el frío.

El sábado tuvimos que levantarnos tempranísimo porque a las 9:00 a.m. iríamos a un tour por Seúl. El grupo de los 'buddies' lo organizó y nos separamos en cuatro equipos para los recorridos. Primero, vimos la estatua del Rey Sejong (el inventor del Hangeul). Luego, fuimos al Palacio Gyeongbokgung, un centro político muy importante de la Dinastía Joseon.

Es un lugar enorme con patios amplísimos. Es un complejo de muchísimas edificaciones y habitaciones. La entrada es altísima, todos los techos de los edificios están perfectamente pintados (siguiendo un patrón precioso) y restaurados. Realmente puede sentirse cómo se vivía ahí en la época.

El lugar estaba abarrotado de gente, tanto residentes como turistas hacían fila para echar un vistazo al Trono del Rey. No pudimos recorrerlo todo, y tampoco entramos al museo porque teníamos los tiempos muy apretados para completar el tour. Pero definitivamente quiero volver para tomar más fotos, cuando los árboles estén en flor.

Después, nos fuimos al barrio de Insadong, donde se venden cosas muy típicas de la cultura coreana. Entramos a un mercado muy curioso: subes por una rampa y ésta le va dando vueltas. Subes, subes, subes, dando vueltas y vueltas. Tiene como 6 pisos. Está muy padre, porque puedes escribir mensajes en las paredes. Vimos gente muy cool, comida muuuy extraña y parejas vistiendo conjuntos a juego.

Luego, nos dirigimos al Mercado Gwangjang, uno de los mercados tradicionales más grandes y famosos de Corea. ¡También es impresionante! Jajajaja, digo eso de todos los lugares que visito, pero es que es cierto. Acá todo me lo parece, ya que hay -literalmente- un mar de diferencia entre nuestras culturas.

Total, fuimos a un restaurante a comer carne cruda. ¿La han probado? ¡Es riquísima! Contra toda advertencia de mi madre, y con más curiosidad que miedo, me animé a probarla y me encantó. El chiste es que no te comes la carne cruda así nada más. Viene con pera y huevo crudo, y cada poquito que tomas con los palillos, lo sumerges en una mezcla de sal, pimienta y aceite de oliva que le da un sabor muy diferente.

Después de comer, fuimos a pasear por Myeongdong, un barrio comercial más moderno y muy 'fashionista'. Las calles están llenas de vendedores ambulantes, tiendas de ropa, galerías, cafeterías, etc. Aquí se pueden encontrar marcas conocidas, como Zara, Nike, Forever21, Uniqlo, etc. Fuimos a una cafetería monísima, llena de recuerdos de los clientes en las paredes (entre ellos, actores y cantantes); comimos helado y dulces coreanos.

Después del postre, tomamos el metro hacia Namsan, una montaña que rodea Seúl. El parque de Namsan es el más grande de la ciudad, y es famoso por los "love locks", candados que las parejas traban en las cercas de la terraza como prueba de su amor (igual que en el puente de París). Allí está la N Seoul Tower, una torre de comunicaciones que puede verse desde el centro de la ciudad. Cuenta con restaurantes y tiendas de regalos. Se llega a la base por el Cable Car (teleférico) y se paga una cuota para subir hasta la punta.

Tomamos el Cable Car pero no pudimos subir hasta la torre porque ya era muy tarde y teníamos muy poco tiempo para husmear libremente. Además, el frío era insoportable. El viento nos daba directo a la cara y las manos se nos congelaban a pesar de estar usando guantes. Regresamos a los dormitorios casi a medianoche.

El domingo a mediodía tuvimos la primera clase de coreano, organizada por el programa de los "buddies". Aprendimos sobre el Hangeul, repasamos las vocales y consonantes principales, y escribimos nuestros nombres en coreano. Como es fonético (español) en vez de ideográfico (chino) o silábico (japonés), se aprende fácil y rápido.

Aún no creo que estoy acá para estudiar. La carga de trabajo no es tan pesada como en México, y los estudiantes tienen mucho tiempo libre para pasarlo con sus amigos. ¡Ojalá me sobrara el dinero para pasear más! Y bueno, que no se me olvide hacer las tareas y aprobar las materias xD

Gracias por leer.
-Aisou.