11 de agosto de 2015

Shika! Shika! Shika!

¡Hola!

¡He vuelto a Blogger! Me fijé que han pasado seis meses desde la última entrada que escribí, y más de un año desde que regresé de Japón. Lo siento mucho. Si leyeron la entrada pasada (donde resumí todo un año que estuve en los Estados Unidos) sabrán que no tuve mucho tiempo libre para escribir... pero ya me establecí de nuevo en Guadalajara y me puse las pilas (?).

28/06/2014

Ahora me tocó pasar unos días en Osaka con Megu. Al mediodía nos subimos al tren y fuimos rumbo a Nara, la famosa ciudad de los venados, de donde Nara Shikamaru debe su nombre. Nara también alguna vez fue capital de Japón (durante 84 años). La leyenda dice que el dios del trueno Takemikazuchi llegó a Nara en un venado blanco para proteger a la recién fundada capital. Y desde entonces los venados son venerados y protegidos allí (aunque hay superpoblación).


En toda la ciudad y especialmente en el Parque Nara los venados rondan libres y la gente puede comprar shika sembei (galletas especiales) para alimentarlos. Se dice que si haces una reverencia a un venado, éste la hará también. Yo no me enteré de ésto hasta después, así que no lo hice, pero creo que es algo muy lindo. Uno debe andarse con cuidado también, pues los venados no están completamente domesticados y de repente pueden morder (uno me mordió la pierna), pisar o embestir a las personas. Además, como ya están acostumbrados a los bocadillos, muchos se desesperan por comer y llegan a portarse agresivos.

A pesar de todo (una horda me rodeó y tuve que dejar atrás todas mis galletas para escapar), pasamos un rato divertido tomando fotos.







Dentro de los Monumentos Históricos de la Ciudad se encuentran: algunos templos del Nanto Shichi Daiji (siete poderosos e influyentes templos budistas), el Palacio Heijou y el Bosque Primario Kasugayama; todos parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Primero pasamos a ver la Pagoda de Cinco Pisos de Koufukuji.



Después, en Toudaiji fuimos al Daibutsuden, hogar del Buda de bronce más grande del mundo (16m). Antes de llegar al templo, se pasa por la gran entrada Nandaimon. A cada lado de ella hay una gran estatua de madera. Estos dos guardianes corresponden a las letras 'A' y 'N' (primera y última del alfabeto japonés) que representan el universo como un todo.




Dentro del templo hay una columna con un agujero cerca del suelo que supuestamente tiene el mismo tamaño que una fosa nasal de la gran estatua de Buda. Se dice que una persona tendrá salud y felicidad si es capaz de cruzar al otro lado. El agujero parece muy pequeño, y al principio no quería pasar a través de él por miedo a atorarme pero varias personas lo hicieron y al final me decidí a hacerlo. ¡Parece fácil pero no lo es!






Ya en la tarde empezó a llover, por lo que decidimos dejar los templos y caminar por Naramachi, anteriormente un distrito comercial, lleno de residencias tradicionales del Período Edo llamados 'machiya'. Actualmente estas estrechas y largas casas están abiertas al público convertidas en boutiques, tiendas, museos, cafeterías, etc.






Cuando regresamos a casa en la noche, la familia de Megu nos estaba esperando con una deliciosa cena de sukiyaki acompañada de vino blanco, té caliente y una animada conversación.


¿Qué les pareció esta entrada? Esta vez no escribí tanto acerca de los lugares pues Moe no nos acompañó aquel día, así que tuve que ponerme a investigar por mi cuenta, jeje. Como sea, dejé varios links donde pueden leer más sobre Nara y sus templos.

Ojalá la lectura haya sido de su agrado. Mi objetivo es escribir lo acontecido en cada uno de los días que pasé en Japón. Faltan 15 entradas. Voy lento pero seguro. Esperen más actualizaciones.


¡Saludos!
-Aisou.

1 comentario:

  1. Que bueno que lo retomaste :D me encanta leer tus entradas
    Que bonito suena Nara, pero me daria un poco de miedo, más por lo que dices. Te imagino escapando de una orda de venados golosos <3 ~

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